Matilde acompañó a Ámbar hasta la casa de Dany, pues la pequeña necesitaba un consejo de su buen amigo. Allí se encontraron con Mireya, quien como siempre, las recibió muy bien. Sin embargo no todo fue color de rosa, pues la mamá de Dany aprovechó para decirle unas cuantas cosas a Matilde.
