Camilo no es el mismo desde el día de la muerte de Tomás. Aquella noche lo marcó para siempre, tratando de encubrir lo que junto a Benjamín y Antonia pasaron, eludiendo su responsabilidad.

El joven estaba a punto de acabar con su vida, pero justo Raúl llegó al lugar, de modo que al verlo podía dejarlo morir o salvarlo. 

El papá de Tomás tal vez no mire nunca más como anteriormente a Camilo. El hijo de Mariano pasa por un terrible momento, sintiendo el aislamiento y la culpabilidad.